Sus paisajes, la dureza de su caza y su belleza dejaran una huella inolvidable entre sus recuerdos cinegéticos.
Cazar en América, junto con Asia, requiere cierta experiencia en los destinos más de iniciación de la caza internacional. América es increíble en cuanto a belleza natural y paisajes, pero es dura. La densidad de caza es bajísima hasta parecer que no hay caza. Las oportunidades de tiro escasas, los campamentos espartanos y si se caza a caballo y no digamos a pie puede ser increíblemente dura.
Muchas de las cacerías a caballo en las rocosas requieren un entrenamiento previo, pues a veces se están días enteros subidos al caballo. Las durísimas cacerías a pie en Alaska para carneros o cabra de las rocosas, junto con la dureza de los guías, lo poco que cuidan al cliente y la espartana comida y campamentos pueden hacer de esta cacería un calvario para quien no sepa a lo que va y no esté bien entrenado. Pero que recordemos, no existe una cacería más bonita, a nuestro juicio, que cazar en las Rocosas a lomos de un caballo en esos increíbles paisajes.
También hay cacerías cómodas como los osos desde barco o de aguardo en puestos elevados, pero siempre la densidad será pequeña y las oportunidades de tiro pocas. El especial salvajismo de los guías americanos debido a que sus principales clientes sean americanos, que están acostumbrados a una caza durísima, hace que cazar en América requiera una especial selección de información, entrenamiento y mentalidad para que la cacería no se convierta en un duro recuerdo.